CORROSIÓN INTERGRANULAR
Es una corrosión altamente localizada que se presenta en los límites de grano y con un daño casi insignificante dentro de los granos mismos.
Esta diferencia de potencial que se genera y conlleva al proceso corrosivo ocurre por desplazamiento de elementos aleantes o impurezas hacia los límites de grano, los cuales producen una celda galvánica local en donde el límite de grano puede actuar como ánodo o cátodo según sea el caso, aunque en la mayoría de casos el límite de grano actúa como ánodo y es el que se corroe, generando así problemas graves difíciles de detectar y que en ocasiones llevan a la falla del material sin previo aviso.
Evaluación
Para la determinación y evaluación de este proceso corrosivo las técnicas empleadas son netamente de microscopia, pues la corrosión que se presenta es en zona de tamaño muy reducidas de difícil percepción al ojo humano. Este tipo de corrosión se evidencia en aceros inoxidables y aleaciones base níquel, aluminio, magnesio, cobre y fundiciones de zinc.
Prevención
El ataque intergranular se puede minimizar o prevenir mediante:
• Especificación de calidades bajas en carbono, como tipo 304L, tipo 316L o tipo 317L, que no contienen suficiente carbono para la formación de carburo de cromo
• Uso de calidades químicamente estabilizadas, como el tipo 321 (que lleva titanio) y el tipo 347 (niobio), en el que los elementos de aleación unen el carbono
• Solución de recocido del acero inoxidable calentando a 2000 ° F (1093 ° C) seguido de enfriamiento con agua para redisolver cualquier carburo de cromo precipitado y distribuir uniformemente el cromo dentro de la microestructura del metal.